Almendralejo volverá a contar con la figura del vigilante de parques y jardines, también conocido como guardaparques. El ayuntamiento de Almendralejo ha licitado un contrato cercano a los 60.000 euros para que una empresa privada pueda proveer de profesionales a los principales parques de la ciudad, aunque el servicio sólo ha sido licitado hasta el 20 de marzo de 2025.
La empresa adjudicataria del servicio será la encargada de establecer los medios humanos y materiales suficientes para la puesta en marcha del mismo justo el día después de que se formalice el contrato.
La concejala de Parques y Jardines, Tamara Rodríguez, ya había adelantado que era una demanda ciudadana y que trabajaban en la vuelta de este puesto necesario, ya que la última vez que la ciudad contó con nueve guardaparques fue en el año 2021 y la contratación se hizo con cargo a los fondos de reactivación económica del Plan Suma, de la Diputación de Badajoz.
La naturaleza del contrato ahora es diferente porque se encarga a una empresa privada. Uno de los objetivos principales es mantener vigilados estos parques para que no puedan sufrir actos vandálicos, ya que desde el ayuntamiento se considera que son zonas de gran valor para la ciudad y ya se han cuantificado muchos daños.
En principio, los vigilantes de parques serán distribuidos por los parques Ramón y Cajal, en San Roque; La Piedad, Las Mercedes y el parque Carolina Coronado, conocido en la población como el parque del Espolón.
Además de vigilar los recintos para que nadie cometa actos vandálicos y velar por el buen uso de sus instalaciones, esta figura tendrá la posibilidad de avisar a agentes de la policía local en caso de que la situación lo requiera ante cualquier altercado en el parque.
Otra de sus funciones será aconsejar al ciudadano que haga de un buen uso de todos los entornos como, por ejemplo, que se haga un buen uso de los aseos o de los juegos infantiles. También vigilarán que los usuarios actúan de forma correcta con sus mascotas.
Recientemente, ha habido quejas por el mal uso de determinados parques. En el parque Ramón y Cajal, grupos de niños se han saltado el vallado perimetral que rodea el campo de fútbol 7 de césped artificial, algo que no sólo está prohibido, sino que genera inseguridad. De hecho, algún niño ha salido lastimado por alguna caída. Los mismos se han quejado de no poder usar el campo de césped en días de diario.
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Queda por saber qué ocurrirá después del 20 de marzo, fecha en la que expira este contrato, ya que será por entonces cuando los parques también acumulen más personal con la llegada de la primavera y el verano